lunes, 2 de diciembre de 2013

Parábola del Alpinista 2ª parte

Continuamos contando desde Gálvez la parábola del alpinista, España se llamaba nuestro alpinista.

Transcurrían los años 80, década que ahora nadie parece recordar. España se encontraba subiendo la montaña cuando se encontró con un grupo al que llamaremos Unión Europea, aunque entonces no se llamaba así. Este grupo iba bien equipado y tenían montañeros avanzados en el recorrido. España los pidió unirse a ellos y la Unión Europea, un poco suya, le puso unas cuantas condiciones. Así España comenzó a formar parte de aquel grupo en el ascenso de la montaña.
Se comenzó a aprovechar del buen equipamiento de otros compañeros de alpinismo más aventajados dentro del grupo.

Corrían los años 90 cuando Unión Europea llegó a un campamento base y reunidos todos decidieron poner más condiciones a los que quisieran seguir adelante en grupo. Fueron condiciones muy duras pero merecía la pena continuar el ascenso con aquel grupo y España, aunque sufrió mucho para lograrlo, consiguió cumplir las condiciones impuestas.

Llegaron años felices dónde aprovechando el rebufo del grupo, España ascendía y ascendía. Y algunos compañeros decidieron prestarle equipamiento “con vuelta” que se dice en Gálvez.
España cogió ese equipamiento y decidió ascender más rápido que el grupo, ponerse a la cabeza, ser una avanzadilla. Y lo lograba, pero olvidando algo que expuse al principio. Olvidaba instalar las medidas de seguridad necesarias, y además olvidaba que el material que le habían prestado tendría que devolverlo.

Todo eso no estaba bien pero no fue lo peor. Lo peor fue que comenzó a vacilar a sus compañeros, los mismos que le habían prestado cosas, los decía que era mejor que ellos, que ascendía en la Champions League y cosas similares.
Continuará....

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