domingo, 12 de enero de 2014

Un niño de 12 años muere electrocutado. Desgraciado accidente pero ¿previsible?

Hoy voy a hacer una de esas cosas que me propuse no hacer. Hablar de Gálvez y no desde Gálvez. Pero es que hoy la noticia se encuentra en mi pueblo. Un niño de 12 años murió ayer electrocutado.

Es una de esas noticias que rellenan telediarios sin que en estos se ofrezca más que la parte rosa de la noticia.

Para entender la noticia hay que explicar que en Gálvez, a diferencia de los municipios cercanos, en la época de la varea (recogida de la aceituna), es decir entre diciembre y marzo, se acumulan entre 100 y 300 personas en tiendas de campaña en la periferia del núcleo urbano. Esto supone un aumento del 10% de la población de mi pueblo hacinada en auténticos campamentos de temporeros.
Uno de los diversos campamentos ilegales de temporeros que rodean Gálvez.

En su mayoría son ciudadanos portugueses que se mueven con toda la familia año tras año para ser contratados por los olivareros del lugar en la temporada de recogida de aceituna. Algunos vienen ya con acuerdos previos y otros un poco más a la aventura.

Forman auténticos campamentos sin suministro eléctrico, sin agua y con fuego dentro de las tiendas para conseguir calor. Niños semidesnudos campan a sus anchas, indiferentes a la meteorología de la que tanto se quejan otros.

Recogen leña de dónde pueden, sin preguntar si tiene dueño. Abren las casetas para acceder a la llave de paso de agua y abastecerse sin preocuparse de posteriormente cerrarla. Colaboran en la recogida de la aceituna, en ocasiones sin que el propietario del olivar lo sepa.
Tienda independiente de unos 80m2.
Pero no hay que generalizar, algunos propietarios de olivar o recolectores profesionales, ofrecen a sus cuadrillas un lugar dónde refugiarse, una conexión eléctrica y al menos una fuente de agua. Algo que parece lógico.

En algunos municipios impiden la formación de campamentos sin un mínimo de garantías en aras de la seguridad de los propios afectados y la vez de los vecinos del pueblo. En Gálvez no lo consideramos necesario, o al menos no lo considerábamos hasta la tragedia que se produjo anoche.

Porque anoche, como otras noches, ante la falta de luz de uno de esos campamentos, un niño de 12 años se subió a un poste del tendido eléctrico quien sabe para qué. Quizá para conectarse al tendido eléctrico, quizá para recoger algo de cobre, o quizá simplemente porque estaba jugando.

Pero esta vez, por algún factor que aún se desconoce, se produjo el fatal desenlace, el niño murió electrocutado.

Y aunque inicialmente la noticia pilló de improviso incluso al Alcalde, supongo que esté estará ya valorando que medidas se pueden tomar para que no se repitan situaciones como estas.


1 comentario:

  1. Es verdad. Nuestro muy querido Alcalde ya está buscando la forma de salvarse el culo. Acabo de leer unas declaraciones en la que dice que en Gálvez "no hay asentamientos de temporeros" O_O. En fin...

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