Corría diciembre de 2011 por Gálvez cuando decidimos llevar a lo que entonces era un bebé a la guardería Garbancito.
No fue una decisión fácil. El bebé tenía tan solo 6 meses. La guardería estaba en proceso extraño de cambio de gestión, pues inició con gestión privada pero empresa desistió a los pocos meses. A esto se añadía que no conocíamos personalmente apenas a las cuidadoras y que teníamos a las dos abuelas disponibles y dispuestas, lo cual en un pueblo es muy importante.
A pesar de todo lo anterior, la decisión estaba tomada. Marta, madre de la criatura, había pasado 8 años como cuidadora (llámese oficialmente ese trabajo como sea) en una guardería madrileña y estaba convencida de los beneficios de este tipo de centros para los retoños.
Hoy, casi tres años mas tarde, el bebé se gradúa. El curso que viene pasa al "cole de los mayores".
En este tiempo hemos visto crecer y evolucionar a nuestro hijo. Siempre atendido, educado y sobre todo querido por tres grandes profesionales y mejores personas.
Hoy podemos aseverar que nuestra decisión fue acertada y recomendamos a los padres con dudas de Gálvez y alrededores, que tomen la decisión sin temor alguno. Su hijo será tratado de la mejor manera, será atendido de forma extraordinaria, aprenderá comportamientos, iniciará su socialización con otros niños y llegará al ciclo de infantil con una preparación que no llevaría de otra manera. Al menos, esta es nuestra experiencia.
Para concluir quiero agradecer encarecidamente su labor durante estos tres cursos a esas tres PEDAZO DE PROFESIONALES, Míriam, Virginia y Gema (sin olvidar a Mª Ángeles). Porque se lo merecen. Porque han superado con creces sus obligaciones. Porque han borrado con esfuerzo y trabajo cualquier atisbo de dudas. Y sobre todo, porque además de cuidar y educar, han demostrado auténtico cariño hacia nuestro hijo. GRACIAS de todo corazón.
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